sábado, 13 de abril de 2019

Una boda salvaje: Beatriz y Javier


“Nos conocimos hace 10 años en la Universidad. Una madrileña de Chamberí y un riojano de pura cepa, el maridaje perfecto. En nuestra primera cita le derramé una caña encima y él, lejos de mosquearse, me ha invitado a cervezas hasta el día de hoy. Para celebrar esta década juntos, decidimos organizar la fiesta de las fiestas, nuestra boda"
Se casaron el 6 de octubre en la Iglesia San Fermín de los Navarros, en el barrio de Chamberí. Decidieron celebrar allí la ceremonia como guiño a la tierra de la familia paterna de Javier. Una iglesia espectacular que Floristería Liken adornó con más de 300 rosas blancas. Además también se encargaron de los centros de mesa y el ramo de la novia. 


"Nos arreglamos con copa en mano, él con vino de su tierra, como no podía ser de otra manera, yo con mi querido Martini blanco. Vampire Weekend y Crystal Fighters sonando en el cocktail; botellines Estrella Galicia 1906; máscaras salvajes hechas por nosotros mismos para el photocall; margaritas de mi parte y mojitos de la suya para todos; regalos solidarios; un gran bol de piruletas Fiesta; crêpes de nutella con fresas, para los más dulces, y de jamón y queso, para los más salaos. Queríamos que cada elemento de la boda fuese una pequeña pieza de nuestro gusto y personalidad y que los invitados nos reconociesen en cada uno de los detalles.
A nivel profesional he tenido la oportunidad de formar parte en la organización y coordinación de más de cien bodas. Lo cual nos resultó muy útil a la hora de crear nuestra propia agencia de organización de eventos (Alucina la Vecina), donde apostamos por parejas que quieran bodas diferentes, naturales y adaptadas a su personalidad. Con ese mismo convencimiento decidimos saltar al otro lado del tendido y organizamos nuestra propia boda”

La celebración tuvo lugar en la Finca Villa María. Eligieron La Casa del Cenador, un espacio acogedor con un punto muy chic, que cuenta con un salón acristalado de puertas correderas hacia un luminoso jardín.



Beatriz se vistió acompañada de dos grandes amigas de su infancia en una suite del Hotel Only You de la calle Barquillo. Eligió a Gisele, de La Unike Novias, para confeccionar su vestido y su corona. Decidieron mezclar el amor de la novia por lo vintage y lo moderno, y el resultado fue un vestido de corte clásico en gasa de seda con hombreras plisadas otorgando aires de modernidad.  

“La verdad es que no paro quieta y el vestido era increíble y muy cómodo. En definitiva, un vestidazo del que sigo enamorada. Ahora mismo, tenemos un par de proyectos conjuntos entre manos y no veo el momento de volver a trabajar con ella. Es fantástica, como profesional y como persona, nos entendemos muy bien.”






Para los zapatos confió en Salo Madrid


Del peinado y maquillaje se encargó Chus Morante, junto con la novia optaron por un maquillaje natural como acostumbra llevar ella y un recogido bajo. 






Javier llevaba un traje a medida de Pugilcon chaleco reversible, zapatos Oxford de Bow Tie y una corbata de Gucci de lo más original. 


El equipo de Mirlo Azul fue el elegido para inmortalizar este día.





“Teníamos muy claro que no queríamos perdernos ni un momento de nuestra boda. Para nuestra sesión de fotos en pareja no optamos por apartarnos de los demás. Queríamos fotos naturales, espontáneas y disfrutar al 100% junto a nuestros amigos y familiares. Mi experiencia como Wedding Planner me hacía ser consciente de que un día así pasa volando y que hay que disfrutar de cada segundo. El equipo de Mirlo Azul lo comprendió a la perfección y el resultado fue espectacular"



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