sábado, 27 de abril de 2019

La boda de Laura y Dani

Laura y Dani fueron amigos inseparables desde muy pequeños. Tras varios años de relación, Dani fue trasladado a Bélgica debido a su trabajo, por lo cual las despedidas en el aeropuerto se hacían cada vez más abundantes. La situación se volvía más dura y difícil de sobrellevar a medida que el tiempo pasaba. Hasta que Laura decidió tomar una decisión muy importante que cambiaría su vida por completo. En octubre del año 2016, renunció a su carrera como docente y a su equipo de voleibol para trasladarse a Bruselas junto a Dani y así poder estar juntos por fin. Esto hizo también que Dani se percatara de aquello que quería realmente en su vida. Organizó un viaje sorpresa a Roma junto con Laura sin que ella conociese sus verdaderas intenciones y, una vez allí, le propuso matrimonio.
El Pazo da Touza fue el elegido por los novios para celebrar su boda organizada por Cecilia Casals, de Clouds Events


Antes de dar comienzo a la ceremonia, Laura y Dani decidieron realizar un first look en el que no se verían directamente, sino que solamente tocarían sus manos de modo que esto crease más expectación y ganas de verse el uno al otro llegado el momento de la ceremonia. Una gran idea ese momento a solas antes del sí quiero. 


La decoración, diseñada por Cecilia Casals, la llevaron a cabo el equipo de Galo Floristas. ¡La mesa presidencial parecía salida de un cuento encantado! El mobiliario de en 2 detalles no faltó como parte de la decoración.  





Laura llevaba un vestido de la firma Rembo Styling, con encaje en la parte superior y de líneas sencillas. 



Para los zapatos confió en Franjul, que posteriormente se cambió para la fiesta por un diseño de Marian Loves Shoes

Silvia & Guy Studio fueron los encargado de realizarles el recogido que eligió para la ceremonia, y que posteriormente se soltó para la fiesta, y adornó con un precioso tocado de Carmen María Maíz. Del maquillaje se encargó Pedro Ares Makeup




El reportaje fotográfico corrió a cargo de Visual PC Studio










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sábado, 13 de abril de 2019

Una boda salvaje: Beatriz y Javier


“Nos conocimos hace 10 años en la Universidad. Una madrileña de Chamberí y un riojano de pura cepa, el maridaje perfecto. En nuestra primera cita le derramé una caña encima y él, lejos de mosquearse, me ha invitado a cervezas hasta el día de hoy. Para celebrar esta década juntos, decidimos organizar la fiesta de las fiestas, nuestra boda"
Se casaron el 6 de octubre en la Iglesia San Fermín de los Navarros, en el barrio de Chamberí. Decidieron celebrar allí la ceremonia como guiño a la tierra de la familia paterna de Javier. Una iglesia espectacular que Floristería Liken adornó con más de 300 rosas blancas. Además también se encargaron de los centros de mesa y el ramo de la novia. 


"Nos arreglamos con copa en mano, él con vino de su tierra, como no podía ser de otra manera, yo con mi querido Martini blanco. Vampire Weekend y Crystal Fighters sonando en el cocktail; botellines Estrella Galicia 1906; máscaras salvajes hechas por nosotros mismos para el photocall; margaritas de mi parte y mojitos de la suya para todos; regalos solidarios; un gran bol de piruletas Fiesta; crêpes de nutella con fresas, para los más dulces, y de jamón y queso, para los más salaos. Queríamos que cada elemento de la boda fuese una pequeña pieza de nuestro gusto y personalidad y que los invitados nos reconociesen en cada uno de los detalles.
A nivel profesional he tenido la oportunidad de formar parte en la organización y coordinación de más de cien bodas. Lo cual nos resultó muy útil a la hora de crear nuestra propia agencia de organización de eventos (Alucina la Vecina), donde apostamos por parejas que quieran bodas diferentes, naturales y adaptadas a su personalidad. Con ese mismo convencimiento decidimos saltar al otro lado del tendido y organizamos nuestra propia boda”

La celebración tuvo lugar en la Finca Villa María. Eligieron La Casa del Cenador, un espacio acogedor con un punto muy chic, que cuenta con un salón acristalado de puertas correderas hacia un luminoso jardín.



Beatriz se vistió acompañada de dos grandes amigas de su infancia en una suite del Hotel Only You de la calle Barquillo. Eligió a Gisele, de La Unike Novias, para confeccionar su vestido y su corona. Decidieron mezclar el amor de la novia por lo vintage y lo moderno, y el resultado fue un vestido de corte clásico en gasa de seda con hombreras plisadas otorgando aires de modernidad.  

“La verdad es que no paro quieta y el vestido era increíble y muy cómodo. En definitiva, un vestidazo del que sigo enamorada. Ahora mismo, tenemos un par de proyectos conjuntos entre manos y no veo el momento de volver a trabajar con ella. Es fantástica, como profesional y como persona, nos entendemos muy bien.”






Para los zapatos confió en Salo Madrid


Del peinado y maquillaje se encargó Chus Morante, junto con la novia optaron por un maquillaje natural como acostumbra llevar ella y un recogido bajo. 






Javier llevaba un traje a medida de Pugilcon chaleco reversible, zapatos Oxford de Bow Tie y una corbata de Gucci de lo más original. 


El equipo de Mirlo Azul fue el elegido para inmortalizar este día.





“Teníamos muy claro que no queríamos perdernos ni un momento de nuestra boda. Para nuestra sesión de fotos en pareja no optamos por apartarnos de los demás. Queríamos fotos naturales, espontáneas y disfrutar al 100% junto a nuestros amigos y familiares. Mi experiencia como Wedding Planner me hacía ser consciente de que un día así pasa volando y que hay que disfrutar de cada segundo. El equipo de Mirlo Azul lo comprendió a la perfección y el resultado fue espectacular"



La boda de Cris y Carlos

Esta es una historia de primeros amores y únicos. De amor para toda la vida. Cris y Carlos tenían tan solo 18 años cuando comenzaron a salir...