Pero comencemos con la pedida de mano. Sara lo cuenta en el blog de Lalablu (podéis leer el post entero aquí).
"Fue en nuestro viaje a New York, para mí era un sueño, y sin duda se ha convertido en lo más bonito que he hecho en toda mi vida. Nuestro primer día, una gélida noche de febrero en el Mirador Hamilton de New Jersey, y la primera imagen que vi fue Manhattan, iluminada, ahí estaba, sola para nosotros….no puedo describir mis sensaciones, fue un momento que llevaré siempre en la memoria. Y allí, solos, dije si."
Borja y Sara tenían claro que querían que sus boda les recordase a los momentos en el campo que pasaban en su niñez en compañía de sus abuelos por lo que, cuando visitaron la Finca Padros Riveros, sabían que su boda se celebraría allí. ¡Un enclave maravilloso!
Borja eligió hacerse un traje a medida en tono azul anochecer y forro cereza en Mansolutely que acompañó con camisa blanca, zapatos también en tono cereza de Crownhill y pajarita y tirantes a juego de José Zambrano.
En la camisa llevaba bordado el nombre de sus abuelas. ¡Un detalle precioso! |
En el forro de la chaqueta, bordaron la fecha de la boda y las iniciales de los novios |
Bajobé Make Up Studio fueron las encargadas de maquillar y peinar a Sara quien no quería verse disfrazada en su día y optó por un maquillaje natural con ojos marcados y una trenza de diferentes trazos.
Como una de las pasiones de Sara son los bailes de salón, sus zapatos de novia estaban inspirados en los clásicos zapatos de esta modalidad de baile. Junto con Franjul crearon unas preciosa sandalias en beige arena, un tenue rosado y un bronce metalizado para la pulsera del tobillo.
Para su vestido de novia eligió a su amiga Raquel Ferreiro en la que tiene plena confianza ya que la creación de tu vestido de novia es de las cosas más importantes.
Para el ramo confió en Arbolande, quienes también se encargaron de la decoración floral de la Iglesia. Siguiendo con los guiños a su infancia, en su ramo predominaba la hierbabuena y los frutos silvestres.
Antes de desplazarse hacia la Iglesia vivió un momento muy emotivo junto a Nuria, la otra parte de Lalablu, quien le hizo entrega de un regalo muy especial. Un camafeo pintado a mano por Linker Studio.
Petit Monde se encargó de realizar el porta alianzas de manera artesanal.
Para su vestido de novia eligió a su amiga Raquel Ferreiro en la que tiene plena confianza ya que la creación de tu vestido de novia es de las cosas más importantes.
"Raquel supo ver a la perfección lo yo quería, lo que me gustaba. Captó mis pensamientos y los plasmó en forma de vestido con cuerpo de crep, encaje, plumeti y falda de tul, con gran escote a la espalda y ajustado a la cintura. Un vestido que escondía algo muy especial: una personal dedicatoria a mi abuelo, bordada en el interior de mi vestido a la altura de mi corazón"
Tanto el tocado como el cinturón del vestido se lo hizo Conchita de la Iglesia de Nicté plasmando todos los recuerdos árboles, hortalizas y flores que Sara tenía de su infancia.
Para el ramo confió en Arbolande, quienes también se encargaron de la decoración floral de la Iglesia. Siguiendo con los guiños a su infancia, en su ramo predominaba la hierbabuena y los frutos silvestres.
Tanto Borja como Sara no querían perderse nada de la boda, por lo que hicieron una sesión "first look" en la que los nervios desaparecieron de golpe al verse.
Antes de desplazarse hacia la Iglesia vivió un momento muy emotivo junto a Nuria, la otra parte de Lalablu, quien le hizo entrega de un regalo muy especial. Un camafeo pintado a mano por Linker Studio.
Petit Monde se encargó de realizar el porta alianzas de manera artesanal.
Celebraron la ceremonia religiosa en la Alameda del Valle con una deco floral de la mano de Arbolande.
Una vez finalizada la ceremonia fueron de vuelta a la finca Prados Riveros en un recién restaurado Volkswagen Beetle en color azul marino y tapicería blanca por el que la novia tiene especial predilección.
El equipo de Cortés de Moraga hizo realidad la boda bocetada por los novios con los guiños a su infancia.
Una vez finalizada la ceremonia fueron de vuelta a la finca Prados Riveros en un recién restaurado Volkswagen Beetle en color azul marino y tapicería blanca por el que la novia tiene especial predilección.
El equipo de Cortés de Moraga hizo realidad la boda bocetada por los novios con los guiños a su infancia.
Bajo una carpa beduina blanca combinaron un montaje de mesas redondas, cuadradas y alargadas con sillas de bambú. Para la mantelería escogieron manteles con servilletas a juego de lino blanco con aire provenzal, que simulaban antiguos paños de cocina acompañadas de una rama de romero. Los montajes de flor fueron creados por Mar de Flores .
Koral de Fábrica de la Imaginación, es amiga desde hace años de la novia y les regaló para sus sillas un cartel brocado de madera con sus nombres elaborados por Happy Letters. "Me hizo muchísima ilusión encontrarme con esa sorpresa cuando me senté a la mesa".
Regalaron a los invitados unos productos artesanales junto a una libre de recetas haciendo un guiño a sus abuelas que anotaban todos los pasos para elaborar esos manjares que tanto anhelan. Los hicieron y envasaron ellos mismo con etiquetas de Hermanas Bolena.
A Nuria le hizo entrega de un ramo creado por Arbolande donde las hortensias eran las protagonistas, ya que es la flor favorita de Nuria.
Sara preparó un pequeño discurso para agradecer y mostrar su amor a todos los que la acompañaron en su día.
Del reportaje fotográfico se encargó Jairo Crena, quien supo captar cada momento de felicidad vivido.
Del vídeo se encargó el equipo de Boda Movie creando un recuerdo para siempre.
Que os sigáis buscando siempre y os encontréis igual de felices.
❤❤❤
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